Al llegar a ‘’la resi’’ no me imaginaba que saldría de allí seis años y medio más tarde, dejando una familia a mis espaldas.
Encontré en la Llull, recién llegada de Tetuán y con 17 años, un apoyo sin igual para mi formación como médico y como persona.
Aparte de la excelencia académica que se fomenta en “la resi“, la vertiente extraacadémica es amplia y permite que los colegiales nos formemos en diversos ámbitos por ejemplo en música, literatura, ciencia y deporte, siendo tradicionalmente la agenda cultural de la Llull clara manifestación de los intereses e inquietudes de los colegiales.
Por otro lado cabe destacar que gracias a la convivencia con otros colegiales, de diversos orígenes, distintas carreras e intereses, he crecido como persona. Gracias a ello también he podido conocer a grandes amigos que siempre y a pesar de la distancia formarán parte de mi vida. Merecida mención tienen los trabajadores que forman parte de la Llull y que permiten su funcionamiento diario, muchos se han convertido en familia y les estaré eternamente agradecida por su apoyo y su cariño durante tantos años.
Hoy en día, ya en otra ciudad, continuo mi formación médica haciendo la especialidad de Digestivo. Mirando hacia atrás me doy cuenta de lo afortunada que he sido al pasar por la residencia Ramón Llull.